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Y nos comeremos al gato.
Viena: Kremayr & Scheriau, 2018.
208 p; Euro 22,90.
ISBN: 978-3-218-01123-5.
Nadine Kegele
Fragmento
En su novela Y nos comeremos al gato, Nadine Kegele va delineando con precisión la quintaesencia del ser humano. Con relatos, grabados y collages de texto e imágenes, la autora se concentra en distintas biografÃas. Los textos abordan el tema de la patria y muestran al mismo tiempo cómo la literatura puede adentrarse en cuestiones vinculadas a la identidad. Los retratos logran un equilibrio justo entre el mundo real y el literario.
En «Albin», Kegele cuenta la historia de un obrero homónimo que lucha con su destino. Se da cuenta de que su vida le va poniendo lÃmites. ¿Y por qué? Pues porque trabaja como obrero de la construcción. Un obrero solo habla de mujeres o de accidentes de trabajo. Albin, en cambio, se interesa por los pájaros, el arte, cultiva verduras, le gusta leer y no piensa solamente en el trabajo. Su profesión no es él. Aun cuando las personas no se lo quieran creer.
Cada historia asume una forma diferente. Por ejemplo, en «Mariposa y madera» seguimos los pasos de dos biografÃas paralelas narradas en primera persona. Una lÃnea roja horizontal atraviesa la mitad de la página. Arriba una mujer afgana casada desde los 16 años, abajo habla un refugiado soltero. A ambos los une la huida de la violencia y la muerte. Y ambos llegan a la conclusión de que también en occidente hay que luchar por las libertades, y en algunos casos también se las obtiene a cambio de dinero.
En el texto «Siria ama en secreto a Polonia» conocemos el dÃa a dÃa de una maestra que da clases de alemán a niños refugiados. Sus alumnos y alumnas tienen nombres como Armenia, Afganistán, Siria, Kurdistán, Ucrania, TurquÃa, Polonia y Egipto. Pero no son solo niños. Y no solamente porque las experiencias de la huida los han hecho crecer por dentro, sino que la vida en Austria también los obliga a asumir responsabilidades (no solo para sà mismos). Se encuentran en dos mundos al mismo tiempo. Por un lado, la antigua patria, por otro lado, Austria. ¿Un nuevo hogar quizás?
Nadine Kegele demuestra ser una oyente atenta y una gran narradora a la vez. Y nos comeremos al gato consigue presentar a todos los personajes en su calidad de seres humanos a pesar de que sean tan diferentes y tengan distintos orÃgenes culturales y sociales. Todos unidos por las mismas preocupaciones, esperanzas y deseos: ¿Puedo vivir como quiero realmente? ¿Debo amar a quién quiero y cómo quiero? ¿Puedo hablar tal y como me plazca?
Versión abreviada de la reseña de Erkan Osmanovic del 4 de febrero de 2019,
traducida por Helga Lion
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