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Xaver Bayer:
Historias con Marianne. Relatos.
Salzburgo-Viena: Jung und Jung, 2020
Xaver Bayer
Reseña
Fragmento:
Ocultos en los tejados y detrás de algunas ventanas en la zona peatonal del centro histórico, donde mayor es la concentración de tiendas de lujo, bancos y restaurantes exclusivos, desde las ocho de la mañana de hoy unos francotiradores comenzaron a disparar a diestro y siniestro contra los transeúntes. Además, los terroristas han tomado rehenes y se han atrincherado con estos en tiendas, locales públicos y hoteles colindantes. Según estimados cautelosos, como se dice por radio, hasta el momento han muerto unas treinta personas, cifra que probablemente sea demasiado baja, pues solo en la zona que puede verse desde el apartamento de los padres de Marianne, donde estamos desde la noche de ayer, podemos contar veintiún muertos, y la zona peatonal llega mucho más allá de lo que alcanza nuestra vista, en las dos direcciones. Uno de los edificios situados al comienzo del bulevar de tiendas está a medio derrumbarse y envuelto en llamas, porque un terrorista se suicidó haciendo estallar una bomba cuando un comando especial de la policÃa se disponÃa a tomar por asalto el tejado. Nadie parece saber dónde están apostados los francotiradores, ni cuántos terroristas participan en la acción. El centro histórico está bloqueado, se ha implantado el toque de queda. Desde nuestras ventanas vemos charcos de sangre donde cayeron los peatones, algunos siguen allà y ya han tratado de rescatar a otros, pero también se dispara contra los socorristas, prueba de ello es una ambulancia destruida por las llamas. También vemos el cadáver de un camarógrafo. Desde hace horas hay helicópteros volando en cÃrculos sobre la ciudad. Se dice que uno de ellos ha sido derribado, pero todavÃa el hecho no ha sido confirmado en los medios. Cientos de policÃas con uniformes a prueba de balas y miembros de unidades militares se han apostado en las calles circundantes. Varias tanquetas han ocupado posiciones en la zona peatonal. Por el momento los terroristas han detenido sus acciones. Sin embargo, el aire está lleno de humo y se oyen el aullido de las sirenas y los gritos de dolor de los heridos. Como si fuera poco, hoy debe ser el dÃa más caluroso del año, según pronostica el parte meteorológico desde hace una semana. Se espera que la lluvia liberadora caiga al anochecer o ya en horas de la noche. En este momento no hay nubes en el cielo. Marianne lleva algún tiempo en la cocina, y yo me he acomodado en un sofá. De vez en cuando voy a la ventana y le comunico cómo está la situación. Cuando le pregunto si necesita mi ayuda me responde que no hay problemas, que lo tiene todo bajo control.
Paso un tiempo siguiendo la transmisión en vivo de una emisora en el tablet de Marianne, llego a reconocer nuestra casa, pero entonces pienso en lo absurdo de la situación, a fin de cuentas lo puedo tener todo en vivo y de cerca. Asà que de nuevo voy a la ventana, miro al tejado y a la fachada del edificio de enfrente y cuando no veo a nadie saco la cabeza. En ese momento, uno de los guardias de seguridad de la joyerÃa de enfrente hace lo mismo, saca la cabeza durante unos segundos por la puerta de entrada, e inmediatamente se oye disparar. El hombre se desploma y se producen varios disparos más. Lanzan gases en el centro de la zona peatonal y una niebla se forma alrededor del hombre, al que evidentemente intentan salvar. En ese momento una fuerte detonación hace estallar varias de las ventanas en las casas situadas del otro lado, se oyen gritos, más ráfagas y suenan sin cesar las alarmas de algunos restoranes exclusivos, lo que me motiva a cerrar las ventanas.
—¿Estás segura de que no necesitas ayuda? —digo con voz fuerte en dirección a la cocina.
—¡Pronto habré acabado, gracias! —responde Marianne.
Entonces tomo el tablet, lo conecto a las bocinas y elijo una de sus listas de reproducción. Suenan los primeros compases de las Variaciones Enigma, opus 36 de Edward Elgar. El ruido que viene de afuera me obliga a subir el volumen, después camino un poco por las habitaciones del espacioso apartamento. Techos de puntal alto, todo decorado en gran estilo, principalmente con muebles chinos antiguos, alfombras orientales y telas de la India, esculturas de madera y piedra de Sudamérica, y arte tribal africano. En las paredes cuelgan cuadros de conocidos pintores europeos y americanos, y en cada cuarto hay por lo menos una estanterÃa de libros, cuyo valor se puede reconocer con solo mirarles el lomo.
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©2020 Jung und Jung, Salzburgo-Viena
© de la traducción, Francisco DÃaz Solar, 2020
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