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Una historia del viento o Del artillero alemán que dio por primera vez la vuelta al mundo y después una segunda vez y una tercera.
Novela
Múnich: Carl Hanser Verlag, 2019.
ISBN 978-3-446-26380-2.
Raoul Schrott
Reseña
Fragmento: Párrafo 50
Ahà está, parado en la Plaza Mayor de Sevilla: está de regreso, pero no en casa y no sabe adónde ir... porque no se ha convertido en Juan. Pero tampoco es ya el Hannes de antaño; todos lo que lo admiran por su regreso a la patria después de un viaje que máxime es comparable al de Noé, y a ningún otro, lo llaman 'Ahnes' ahora y lo tratan con una veneración que considera inmerecida, porque él solo ha salido airoso de algo, pero no ha hecho nada concreto. No ve el rasgo audaz que lleva dibujado en el rostro; solo nota que le resulta más fácil disimular cierta timidez de antes sin hacer demasiado alarde, y que tiene un corazón blando: porque ¿qué deberÃa decirles a todas aquellas personas que lo rodean solicitándole información acerca de lo que pasó con su amado esposo, padre, hermano o hijo? Al menos los conoce de verdad y lo único que sabe es que casi todos murieron bajo tormento, de hambre, vÃctimas de pestes, apuñalados, empalados o como fuera. De modo que inventa una serie de entierros cristianos y pronto se arrepiente de las palabras de consuelo y de las mentiras, él no es cura ni nada parecido, primero quiere aterrizar tranquilo y, de ser posible, quedarse en la Victoria, en su colchoneta entre las balistas, pero solo puede hacerlo hasta que sea liberada de su carga (después entra en carena). Por eso tiene que buscar alojamiento, y aunque cree ser lo suficientemente rico como para alquilar una habitación en una casa de buena categorÃa, solo tiene un puñado de maravedÃs en el bolsillo, ya que la Casa de Contratación niega todo tipo de paga: mientras no se sepa bien qué contrato ha sido firmado con qué barco (a pesar de que ha llegado a tierra con la misma nave, para los tenedores de libros sigue siendo dudoso a partir de cuándo debe declarárselo capitán de artillerÃa con un sueldo más elevado, en caso de que corresponda tal categorización), y mientras siga sin definirse a nivel judicial la cuestión del motÃn acerca del cual ha informado la San Antonio, que regresó antes de tiempo (de la que, no obstante, hasta el momento no se ha podido ver a nadie), sus reclamos son considerados nulos; ergo también la parte que le corresponde de la venta de la valiosa carga del barco. TodavÃa no se anima a empeñar su rubà de la cuarta bolsita del Carvalho –que la tripulación repartió secretamente entre sÖ, porque ahora por doquier él es más conocido que la ruda: de inmediato plantearÃan la pregunta por la legalidad de la adquisición y recaerÃa en él, tal como sucedió con la bolsa de clavos de olor y nuez moscada que consiguió en Tidoro después de arduas negociaciones; porque todas las alhajas y especias del viaje le corresponden únicamente al emperador, que ha convocado al bueno de Elcano para que le rinda su debido informe. Este se lleva a Valladolid, en calidad de hombres de confianza, a su piloto y a Bustamante –el barbero, quien durante el viaje demostró ser hábil como médico de campaña–, y por eso es provisto por la Casa de Contratación, a modo de excepción, de la vestimenta necesaria para el caso y también algo de dinero, a diferencia de Hannes, quien tiene que conformarse con un módico cuchitril, lo cual no le genera mayor fastidio ya que comparado con el alojamiento que habÃa tenido hasta entonces le parece casi feudal, como tampoco le genera fastidio a los patrones, que ven ingresar junto con su persona un glorioso esplendor bajo su techo y comienzan fiándole el alquiler (porque aunque sea bastante parco, para ellos vale por dos, gracias a los clientes que su persona atrae la barra).
© 2019 Carl Hanser Verlag, Múnich
© de la traducción, Martina Fernandez Polcuch, 2019
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